El Baluarte de Trujillo: Su Castillo.



…Sobre un cerro granítico, con un cielo coronado de cigüeñas, baluarte que fue romano, godo, árabe y cristiano, se levanta el castillo de Trujillo, en buen estado de conservación, visitable en gran parte a través de su adarve y de recios merlones y almenas medievales con vestigios árabes, donde destaca una hermosa puerta califal de arco de herradura. Sus murallas se adaptan al terreno, y aunque sus lienzos son regulares, no es difícil percibir la influencia árabe que tuvo en sus trazas.

Ciudad de larga historia y cuna de cientos de conquistadores que dejaron su legado, y sus nombres, en el Nuevo Mundo: Pizarro, García de Paredes, Orellana… Con ese nombre, “Cuna de Conquistadores”, recibe Trujillo al visitante que pronto quedará maravillado por todas las bellezas, monumentales y artísticas, que guarda esta noble villa.

Lo ideal es callejear y descubrir, una a una, poco a poco,

las diversas joyas y tesoros que alberga esta ciudad, sus murallas, sus puertas (destaco la de Coria y la de San Andrés). Partiendo de su núcleo originario, de su castillo, comprobamos la importancia militar que tuvo el enclave, fuertemente fortificado por los árabes, cristiano desde casi principios del S.XIII (1.232), por la presencia de sus alcázares, numerosos, pertenecientes a antiguas familias de tradición militar, muchas de ellas participantes en la reconquista: Así pues, encontramos el Alcázar de los Altamirano, Bejarano, La Casa Fuerte de los Escobar, el Alcázar de Luís de Chaves…

Construcciones que comparten su aspecto de fortaleza, de edificios castrenses defendidos por fuertes torres con aspilleras, escudos y blasones, con la estética renacentista de palacio y residencia señorial. Destacables son, igualmente, las torres del Alfiler y la de Vargas.

Pero Trujillo no se acaba con su Castillo, este es el punto de inicio que proponemos para comenzar la visita a la ciudad, Trujillo también es su Plaza Mayor, famosa por albergar la estatua ecuestre de su vecino más ilustre, Francisco Pizarro. Es también el Palacio de Vargas-Cárvajal, La Alberca (antiguos baños romanos), la Iglesia de Santa María…

Hay mucho Arte del que disfrutar en Trujillo, nuestra propuesta y sugerencia es que lo descubras con la ilusión y ánimo del que se adentra en la Historia…

Comentarios

clariana ha dicho que…
Un lugar tan bello, y pensar que estuve hace unos años aquí, muy poco tiempo en visita guiada, nos dejaron una media hora aprox. en esta plaza viendo la estatua de Pizarro y nada más, al autocar y a seguir la ruta hacia Portugal. Hubiera sido mejor callejear como tú dices y conocerlo bien, pero en este tipo de viajes no era posible.
Me encanta todo lo que explicas en este post y de Extremadura en general. Un beso.
Anónimo ha dicho que…
Hola! Acabo de encontrar tu blog por casualidad y me parece muy interesante. Yo soy de Cáceres, y tengo un par de blogs, pero me centro más en el arte contemporáneo. Te seguiré visitando.
Balovega ha dicho que…
Bello lugar, como ya sabes no conozco nada de esa zona, pero leyendo tus entradas haces que lo viva y sienta como si estuviera allí..

En cuanto pueda te aseguro que pasaré a visitarlo.

Miles de gracias y cuídate mucho, besotes
Gonzalo González ha dicho que…
Me han hablado muy bien de Trujillo, pero no lo conozco. Para bien o para mal, domino más la provincia de Badajoz que la de Cáceres. Asignatura pendiente!
Maria de Mave ha dicho que…
Estuve en Trujillo hace tres años, en un viaje para ver los cerezos del Jerte y Cáceres. Trujillo me entusiasmó por lo desmesurado que era todo. Durante todo el tiempo tuve la sensación de respirar junto a aquellos "locos valientes" que se habían aventurado a descubrir América y que a la vuelta habían dejado la muestra de su grandeza y su locura en esos palacios magníficos...

Me gustó mucho, muchísimo. Gracias por recordarmelo aqui.
mangeles ha dicho que…
No conozco Trujillo, pero lo que conozco de Cáceres me apasiona. ¡ Suerte tienen los extremeños con esa tierra tan bella¡..

Besos